Want to read and don't know spanish? Try the translator

miércoles, 27 de noviembre de 2013

LIBRO SIN PAGINAS II (21-Nov-2007)

Al poco tiempo de conocerse, M... y F... se enamoraron. F... era profesor en la Universidad de Münich y viajaba regularmente a Zürich. Después de tratarse por un tiempo decidieron casarse y M... se mudó a Münich.

La vida en Alemania era muy diferente pero el amor y sobre todo el optimismo que siempre la caracterizó, le permitieron a M... adaptarse gradualmente a su nueva realidad.

Con el paso de los años M... se colocó como maestra para niños especiales en un colegio y eventualmente tuvo a su propio hijo. Todo parecía ir de maravilla cuando M... notó un leve zumbido en los oídos. Al principio era casi imperceptible pero con el tiempo se fué volviendo mas intenso. El mismo médico que le había realizado la operación que le devolvió la capacidad de oir años atrás, el Dr. B..., la revisó y le dió las malas noticias: tal como él esperaba que sucediera, los efectos de la cirugía se habían revertido y ahora sí perdería el oido para siempre.

M... entró en pánico. No le preocupaba demasiado lo que le ocurriera a ella misma, pero su hijo era apenas un bebé. ¿Cómo podría cuidarlo sin ayuda si no era capaz de oirlo?. Dispuesta a no dejarse vencer, se dispuso a enseñarle a su propio hijo el lenguaje de señas con las manos y la técnica para leer los labios.

Para cuando tuvo a su segundo hijo, M... ya había perdido por completo el oido izquierdo mientras que sufría de un continuo zumbido en el derecho. La vida de M... cambió de nuevo y ella hizo lo único que podía: se adaptó a las nuevas circunstancias y fue feliz a pesar de ellas. Conservando una fé inquebrantable, se dedicó a educar a sus pequeños (los propios y sus alumnos del colegio) en un ambiente de amor, motivación y autovaloración. No quería que ningún niño (con discapacidad o sin ella) tuviera que pasar por lo que ella vivió: aislamiento, lástima, discriminación.

Dedicaba buena parte de su tiempo libre a leer ávidamente toda clase de libros. Siempre sintió que la falta de educación formal era la peor de las discapacidades, y trataba de subsanarla leyendo.

Una mañana, cuando sus hijos eran adolescentes y años después de haber quedado sorda por completo, se despertó con un leve zumbido en su oído derecho. Igual que sucedió después de la operación, el sonido se hizo mas intenso con el paso del tiempo, hasta que comenzó a recuperar una vez mas la capacidad de oir. Nuevamente consultó con el Dr. B... en Zürich quien se mostró sorprendido. No comprendía cómo era posible que M... pudiera oir nuevamente. Sólo advirtió que aquello podía ser algo temporal o que tal vez el molesto zumbido la acompañaría por el resto de su vida.

M... tomó el nuevo giro en su vida como un pequeño milagro que reforzó su fe. Feliz de escuchar las voces de sus hijos y rodeada por ellos y su esposo, se dispuso a continuar su existencia con el mismo optimismo de siempre. Pronto iba a necesitar de toda su fe y optimismo.

(CONTINUA EN EL SIGUIENTE POST)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario