Un espacio para compartir lo que escribo
A space to share my writings and opinions
"Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la obscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento"
Popol Vhu
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sábado, 30 de noviembre de 2013
La Muerte II
La Muerte
-No tengas miedo. Los seres de Luz, tal vez alguien a quien conozcas, te estarán esperando para recibirte. Descansa ahora. No te resistas. Ellos te guiarán y te cuidarán.-
El hombre cerró los ojos, suspiró largamente y luego movió los labios como para decir algo imperceptible y finalmente murió.
-¿Por qué le dijiste eso?. Tú no crees en nada.- le cuestionó la mujer.
Él sostuvo la mano del hombre por un momento y luego la dejó suavemente sobre su pecho. Al fin enfrentó a la mujer:
-Yo no creo en nada, pero el sí.-
viernes, 29 de noviembre de 2013
Acerca del Maestro y su Discípulo
NUEVE
Discípulo: “Maestro, en la lección de hoy sobre el perdón nos hablaste de la necesidad de perdonar aquello que nos haya lastimado. Pero, ¿se puede olvidar el dolor?”
El Maestro miró a su discípulo por un momento y luego contestó: “¿Puedes recordar todo aquello que te ha lastimado a lo largo de tu vida?, ¿cada espina clavada, cada golpe recibido, cada insulto y cada traición?, ¿podrías ahora mismo nombrar a cada persona que te provocó dolor a lo largo de la vida?”
Discípulo: “Claro que podría recordar a quienes me causaron dolor y en el modo en que lo hicieron. No significa que no haya perdonado algunas cosas pero, no lo he olvidado.”
Maestro: “Desde que respiramos la primera bocanada de aire al nacer sentimos dolor. El dolor de dejar el cálido ambiente que nos protegió al principio para enfrentar la fría, desconocida y amenazante vida. El dolor de sentir hambre y soledad al separarnos de nuestra madre. El dolor del primer rasguño que nos provocamos nosotros mismos sin saberlo. El dolor del golpe en aquella primera caída cuando aprendíamos a caminar. El dolor de la quemadura en la boca por no saber que la comida caliente puede lastimar. Sufrimos todo eso, ¿puedes recordarlo?”
Discípulo: “No, por supuesto que no. Pero eso no es lo mismo que el dolor que experimentamos más adelante en la vida. Recordamos lo que más nos lastimó...
Maestro: “Es posible, pero, ¿no somos nosotros mismos quienes decidimos los recuerdos que guardamos?”
Discípulo: “Si, claro”
Maestro: “Entonces también podemos decidir olvidar aquello que nos provocó dolor.”
Maestro: Veo que estás muy pensativo esta tarde. Perdona que interrumpa tu meditación, pero me parece que hay algo que te preocupa, mi querido discípulo.
Discípulo: No te equivocas, Maestro. He estado pensando en lo que sucedió ayer en la aldea. Un grupo de hombres estuvieron discutiendo en la calle, después de unos momentos empezaron a insultarse y terminaron peleando a golpes. Fue muy impresionante.
Discípulo: Bueno, no sé por qué empezaron a discutir aquellos hombres pero no creo que haya valido la pena llegar a la violencia. ¿No opinas lo mismo?
Maestro: La violencia nunca será la solución a ningún problema. Ahora bien, la lucha de un hombre es tan individual como sus razones. ¿Por qué razones estarías dispuesto a luchar tú?
Discípulo: Pero ¿no acabas de decir que la violencia no es la solución a ningún problema?
Maestro: Si, pero no todas las luchas implican violencia.
SIETE
Discípulo: Maestro, he pensado mucho en la lección de hoy acerca de enfocarnos en el presente. Y algo que no entiendo es que debemos olvidar el pasado. ¿Tú nunca piensas en lo que has hecho?
Maestro: Bueno, sin duda he tenido una larga vida y tengo muchos recuerdos.
Discípulo: Entonces si tú mismo no has olvidado tu pasado. ¿Por qué dices que debemos enfocarnos en el presente?
Maestro: Detengámonos un momento. Ahora demos la vuelta y observemos las huellas que hemos dejado en el sendero de arena mientras caminábamos. ¿Puedes regresar por este camino poniendo tus pies exactamente en el mismo lugar en el que dejaste tus huellas sin mover un solo grano de arena?
Discípulo: Bien sabes que eso es imposible. Si quisiera caminar sobre mis propias huellas tendría que mover la arena del sendero.
Maestro: Es verdad. Ahora miremos nuevamente el sendero que aún no hemos recorrido. ¿Puedes ver tus huellas sobre la arena?
Discípulo: ¿Cómo podría ver mis huellas si, como tú has dicho, aún no hemos caminado por esa parte del sendero?
Maestro: Exactamente. Ahora dime mi querido discípulo: ¿cuánto tiempo ha pasado mientras estabas detenido viendo un sendero que ya no podías recorrer y otro que aún no has recorrido?
SEIS
Discípulo: Maestro, ayer nos dijiste que la fortaleza de nuestro grupo sólo será plena si nos unimos todos: débiles y fuertes. Pero yo creo que la fortaleza del grupo debe ser la suma de las fortalezas individuales.
Maestro: Bien, vamos a meditar un poco en eso mientras caminamos. ¿Podrías pasarme mi bastón de bambú, por favor? Me gusta este bastón. Me lo regaló un viejo amigo y ha estado conmigo por mucho tiempo. Es fuerte y ligero. Pero mira cómo se ha agrietado en la base tras años de apoyarme en él.
Discípulo: Entiendo lo que quieres decir. El bambú es fuerte pero también puede ser débil, ¿no es cierto?
Maestro: Si, así es. Ahora, ¿qué opinas de esta brizna de hierba seca?
Discípulo: Evidentemente no es tan fuerte como el bambú…
Maestro: Es verdad, sólo bastan mis dedos para romperla. Pero, ¿qué pasaría si unimos suficientes tallos de hierba para hacerlos tan fuertes como el bambú?
Discípulo: ¿Entonces la fortaleza de un grupo es la suma de las debilidades individuales?
Maestro: No he dicho eso exactamente. ¿Has observado cómo construyen los aldeanos sus chozas? Sobre un armazón de bambú colocan haces de hierba atados entre sí. Nunca subestimes la debilidad ni sobreestimes la fortaleza mi querido discípulo.
CINCO
Discípulo: Maestro, yo siempre escucho gente que dice que el optimismo es esencial para la vida. Pero, creo que no es posible ver todo con optimismo siempre. ¿Tu qué opinas?
Maestro: Vamos a dar un paseo por el jardín mientras pienso en esto. Ahora, mi querido discípulo mira a tu alrededor y dime: ¿qué ves?
Discípulo: Bueno, veo nieve por todas partes. Dado que es una tarde nublada, veo todo gris y un poco oscuro ...
Maestro: Déjame decirte lo que veo. Bajo la nieve veo el jardín. Puedo ver las mariposas, puedo oír el canto de los pájaros y hasta puedo oler las flores y sentir la hierba bajo mis sandalias. Ahora, estoy siendo optimista o es sólo que sé que el invierno terminará algún día y la primavera vendrá como ha sucedido desde el principio de los tiempos?
Discípulo: Entonces, ¿estás diciendo que el optimismo es posible sólo si sabes lo que va a pasar?
Maestro: Estoy diciendo que, de hecho, el jardín está ahí, no importa si es invierno o primavera. Depende de ti ver bajo la nieve, mi querido discípulo.
CUATRO
Discípulo: Maestro, esta mañana vi a una anciana muy pobre pidiendo dinero en la calle. Busqué algunas monedas en mi bolsillo para dárselas pero no tenía ninguna y eso me hizo sentirme muy mal.
Maestro: ¿Por qué te sentiste mal?
Discípulo: Porque quería ayudarla y no pude hacerlo.
Maestro: Conozco a la anciana que viste. Vive cerca del monasterio y con frecuencia viene a recoger las sobras de la comida. Si quieres puedo indicarte donde vive. Tal vez en tu tiempo libre puedas ir a ayudarle preparando su comida, limpiando su choza o simplemente pasando tiempo con ella.
Discípulo: Yo quisiera hacerlo, pero con mis estudios y las obligaciones en el monasterio casi no me queda tiempo.
Maestro: Entonces mi querido discípulo, tal vez deberías buscar en tu bolsillo algo más que monedas.
TRES
Discipulo: Maestro, ¿cómo te gustaría ser recordado después de morir?.
Maestro: Lo que yo quiera respecto a eso no importa. Verás mi querido discípulo, la forma en que la gente me recuerde es su prerrogativa. La forma en que yo recuerdo mi vida es la mía.
DOS
Discípulo: Maestro, ¿le tienes miedo a la muerte?.
Maestro: Yo?, no. No quiero morir, como supongo no lo quieren todos los demás. Y tú, mi querido discípulo, ¿le tienes miedo a tu final?.
Discípulo: No sé. No sé qué hay después de la muerte.
Maestro: Esa es una buena razón para no tener miedo, no crees?. Además, ya descubrirás que es el camino lo que importa, no el final.
UNO
Discípulo: Maestro, quiero saber. Por favor, enséñame.
Maestro: Sé humilde, entonces aprenderás.
Discípulo: ¿Qué voy a aprender?
Maestro: Aprenderás a ser humilde, mi querido discípulo.
jueves, 28 de noviembre de 2013
Me lo contaron (19-Feb-2012)
Crónica de una pesadilla recurrente (24-Abr-2011)
Laberinto (4-Abr-2011)
Me soñé soñando un sueño en el que soñaba estar soñando.Me soñé despertando del sueño en el que soñé que soñaba.
Sueño soñar y sueño despertar en un mismo sueño,
sabiendo que apenas hay diferencia entre dormir y despertar.
¿Cómo será soñar que sueñas dormir sin soñar?
¿Cómo será despertar de un sueño sabiendo que aun sueñas?
La pesadilla de un soñador es soñarse despertando,
y saber que se está en un sueño sin soñar..
Hoy soñaré que duermo sin soñar
y despertaré sin recordar el sueño.
Un Cuento de Brujas (23-Feb-2011)
-Vamos a decidir de una vez por todas quién de las dos es la mejor bruja.- dijo la bruja blanca.
-Eso ya está decidido: yo soy la mejor.- contestó la bruja negra.
-Eso crees tú, ahora voy a hechizarte y conocerás mi poder.- contestó la bruja blanca mientras agitaba su varita mágica frente al rostro de la bruja negra.
-Adelante, hechízame si puedes. No creas que te tengo miedo.-replicó la bruja negra cruzando los brazos y dando la espalda a la bruja blanca con un gesto de desprecio.
La bruja negra se quedó en silencio un momento y luego se dio la vuelta lentamente. Todavía permaneció en silencio un breve instante. Finalmente alejándose un poco de la bruja blanca, la miró fijamente y dijo: -Reconozco que me has hecho dudar, pero ahora voy a decirte algo que te sorprenderá: yo te he encantado para que creas que puedes vencerme. Lo hice porque estoy aburrida de ganar siempre a todas las brujas y pensé que sería divertido luchar contigo si tú creías de verdad que podías vencerme.-
Ahora era la bruja blanca quien permanecía en silencio, mientras miraba fijamente a la bruja negra pensaba en lo que debía hacer. Después de un momento que pareció interminable, la bruja blanca habló. Todavía mirando a los ojos a la bruja negra, sonrió y dijo: -Eres muy lista. Eres un digno rival. Pero ya has perdido esta batalla. Notarás que he tardado en contestarte. Eso lo hice a propósito para ganar tiempo. Pronto sabrás de lo que hablo...-. El ulular de un búho que provenía de entre las sombras de los árboles interrumpió a la bruja blanca, ésta miró hacia el lugar de donde parecía provenir el lúgubre canto y sonriendo aún mas se dirigió a la bruja negra: -¿Escuchaste eso? Es mi cómplice que ha llegado puntual a la cita.-
La bruja negra también miró hacia la penumbra del bosque tratando de adivinar dónde se encontraba aquel cómplice. Dio unos pasos hacia atrás como para alejarse de su rival y luego, levantando de nuevo su varita, amenazó a la bruja blanca diciendo:-¿Tanto miedo me tienes que pides ayuda para vencerme? Reconoces que soy mas poderosa que tú. Por eso me temes.- La bruja negra habló lentamente haciendo una pausa entre cada palabra. De pronto se escuchó el largo y lejano aullido de un lobo. La bruja negra se acercó al borde de los arboles. Su rostro quedaba oculto en las sombras cuando habló en un tono mas profundo: -!Ah!, mi aliado ya ha dado cuenta del tuyo. ¿Escuchaste su aullido? Con él me dice: "Ama, ya he cumplido tus ordenes".
Las dos brujas miraron a su alrededor preguntándose qué más se escondía en aquella oscuridad. Luego se acercaron al centro del claro y se detuvieron frente a frente. Trataban de evaluarse mutuamente pero ninguna mostraba emoción alguna en el rostro.
Largo tiempo transcurrió antes de que una de las dos hablara finalmente. Fue la bruja blanca quien habló primero: -Ya casi amanece. No podemos seguir aquí.- dijo y se dio la vuelta para dirigirse al bosque, no sin antes echar una última mirada a la bruja negra. Esta se quedó todavía un momento viendo alejarse a su rival y antes de que se perdiera entre los árboles le dijo a manera de despedida. –Esto no ha terminado-. Luego se dio la vuelta y se internó ella misma en el bosque pero en dirección opuesta a la que había tomado la bruja blanca.
El claro quedó en silencio. Ni la más leve brisa agitaba las hojas de los árboles. La oscuridad comenzaba a disiparse por el oriente cuando dos ancianas, una vestida con una túnica blanca y la otra con una túnica negra, recorrían el bosque caminando lentamente alejándose cada vez más una de la otra. Ambas iban meditando sobre lo ocurrido durante la larga noche que estaba por terminar.
-Estoy tan cansada- pensaba la bruja blanca –que lo único que quisiera es llegar a mi cama para descansar.- Se detuvo un momento al sentir el conocido dolor en las rodillas que a veces la atacaba por las mañanas. –Esta vez casi me descubre esa maldita vieja. Si no hubiera sido por el búho que cantó de pura casualidad…- la anciana no pudo evitar sonreír al recordar la cara de espanto que tenía la bruja negra cuando le explicó que todo era a propósito- ...de todos modos, casi creí que se daría cuenta-.
La anciana con la túnica negra mientras tanto pensaba: -Esa vieja bruja, ya me tiene harta. Temo que cualquier día de estos me descubrirá. Pero no, no creo que sea pronto. Soy más lista que ella. Se quedó helada de miedo cuando se escuchó el aullido del lobo y le dije que era mi aliado.- la bruja negra sonrió al recordar su ingenio. –En fin, es mejor que tenga cuidado la próxima vez. No puedo dejar todo a la suerte.- Caminando aun más lentamente se llevó las manos a la espalda al sentir una punzada de dolor. -Eso me pasa por estar tanto tiempo de pie.-
La anciana de la túnica blanca salió por fin del bosque al tiempo que los rayos de sol inundaban el sendero que conducía al pueblo. Recorrió el último tramo de la estrecha calle saludando a los vecinos que encontraba a su pasó. Finalmente llegó al frente de su casa. Era un local pequeño y modesto. En la maltratada puerta se podía leer en un cartel pintado a mano y con faltas de ortografía: “Bruja Blanca: Se hacen trabajos para dinero, amores perdidos. Lectura de cartas. Tarot.”
La bruja negra por su parte se dirigía a su casa después de haberse detenido a comprar pan para su desayuno. La vieja se detuvo un momento frente a su casa disfrutando del calor del sol sobre su adolorida espalda. En la fachada podía verse un letrero que decía: “Bruja Negra: Se deshacen trabajos de magia blanca y negra. Lectura del Tarot. Carta astral. Lectura de aura.”
Cuando finalmente ambas ancianas se sentaron pesadamente al llegar a sus respectivas casas su pensamiento era el mismo: “Ojalá que no se den cuenta nunca de que esto de la brujería es puro cuento.”
Caminante (11-Dic-2009)
Cuento II: Arcoiris (12-Jun-2008)
Cuento III: El Perro, El Gato y El Ratón (12-jun-2008)
Un día el hombre encontró al perro y de inmediato lo atrajo su bondad, alegría, fidelidad. Entonces convenció a Dios de que lo dejara quedarse con él. Cuando el gato se enteró, corrió hasta donde estaba Dios y le pidió que le permitiera ser la mascota del hombre también (porque ya estaba seguro de que efectivamente, el hombre era el preferido de Dios). El Creador no estaba de humor para peticiones (llevaba 7 largos días creando y creando) así que le dijo al gato: "Si convences al hombre de que eres la mejor mascota, puedes quedarte con él". El gato enseguida se dedicó a seguir al hombre por todas partes, pegándose a sus piernas, subiéndose a su regazo, ronroneando seductor. El ratón que no comprendía cómo era posible que su gran amigo lo hubiera abandonado, se juró a si mismo que seguiría al hombre y viviría con él, aun sin su consentimiento. Desde entonces el ratón, el perro y el gato viven con nosotros tratando de ganarse nuestro reconocimiento, compitiendo y peleando entre ellos por nuestra atención.
Por supuesto que Dios, en su infinita sabiduría, permitió que la rivalidad existiera pensando: "Si no lo permito, ¿cómo van a crear a Tom y Jerry?"
El Amor en Nuestro Tiempo (5-Ago-2008)
El hombre se incorporó en su silla y dijo asombrado: - ¿Cómo puedes hablar así de un sentimiento tan hermoso.-
- Porque es la verdad, es tal como te lo digo. Sólo piénsalo un poco y verás que tengo razón.-
El hombre escuchó la respuesta y sonrió condescendiente: - No lo creo, debes estar bromeando cuando piensas así.-
- Te digo que es verdad, sólo tienes que pensarlo tú mismo. Esto tiene su lógica. Mira, si el amor es, como tu dices, un sentimiento hermoso, entonces ¿porqué sufres cuando te enamoras?.-
El hombre encendió un cigarrillo, señal inequívoca de que estaba reflexionando su respuesta: -Eso es parte del sentimiento, amar es sufrir...a veces.-
- ¡Tú mismo lo has dicho! Si amar es sufrir, el amor no puede ser hermoso. ¿O es que a ustedes les gusta sufrir?
El hombre se reclinó en su silla y exhaló una bocanada de humo en un largo suspiro. Su poder de reflexión estaba funcionando al máximo: - No, pero el amor lleva al sufrimiento en cierta forma, de manera que...- El hombre no pudo terminar su respuesta pues se vio interrumpido.
- Eso es, el amor lleva al sufrimiento y, según entiendo, a la gente no le gusta sufrir. Por lo tanto el amor debe evitarse.
- Pero, ¿qué dices?.- el hombre aplastó su cigarrillo en el cenicero y se incorporó de nuevo. El tono de su voz iba subiendo.- El amor conlleva algo de sufrimiento, sí. Pero la intensidad y el gozo que produce éste sentimiento compensan cualquier sufrimiento.- Al final de la frase imprimió un tono suave a sus palabras.
- ¿Qué porcentaje de sufrimiento incluye el amor?. ¿El 10%, el 40%?.-
El rostro del hombre comenzó a encenderse al escuchar la pregunta: -¡No digas tonterías!. No puede hablarse de porcentajes. Cuando amas no te importa sufrir, sólo quieres disfrutar del amor en sí mismo.-
- Falso. Lo que dices es mentira. Cuando amas no quieres sufrir. Amas para ser más feliz.- fue la respuesta contundente.
El hombre se incorporó totalmente y encaró a su interlocutora en un último esfuerzo por reflexionar antes de responder: -Claro, pero no te importa lo que suceda con tal de amar. Ni siquiera importa si eres correspondido, porque... . - De nuevo vio interrumpida su respuesta:
- No es cierto, si te importa. Porque en el fondo lo que buscas es ser feliz, no sufrir. Lo que sucede es que de momento te dejas llevar por la corriente de tu instinto y no reflexionas... . -
Ahora fue el hombre quien interrumpió la respuesta. Algo se aclaró en el interior de su cabeza y comprendió por fin lo que estaba ocurriendo: - Pero ¿qué sabes tú del instinto?... . ¿Qué sabes del amor?... .¿Qué puedes saber de la vida?.-
La respuesta fue inmediata: - La vida es una manifestación material de la grandeza divina..-
De pronto el hombre perdió su estabilidad y su capacidad de pensar fríamente. Casi gritando respondió:- ¿Pero qué dices?. ¿De qué estás hablando?.-
- Eso fue lo que grabaste en mi memoria como tu definición de la vida. ¿Recuerdas?.-
El hombre perdió la paciencia ante la respuesta: - ¡Bah!. Como computadora de conversación eres un fracaso. En una discusión te sales por la tangente a la primera oportunidad. - El hombre apagó la computadora y se levantó visiblemente enojado. Mientras se alejaba iba murmurando para sí mismo: - Si hay algo que odio es que ésta maldita máquina me haga reflexionar con sus tonterías... .