El Semáforo (22-Oct-2007)

La mujer espera a que todos los autos se detengan. Antes de bajar de la acera estudia a los ocupantes de cada vehículo. Sabe que tiene tiempo antes de que el semáforo cambie de rojo a verde. Conoce muy bien ese cruce de calles. Sabe por ejemplo que sólo tendrá oportunidad con 4 o tal vez 5 de los primeros autos que están en la acera derecha. Todo depende qué tan rápido se mueva. Las unidades de transporte urbano atestadas a esa hora pueden ser atractivas para los principiantes, pero ella sabe por experiencia que no tiene caso intentarlo. Los grandes camiones de carga también están descartados: no valen la pena el esfuerzo. Deja el primer auto de la fila para el final: es un modelo reciente y lo conduce un hombre joven que viaja solo. No promete mucho.

Baja de la acera lentamente con movimiento estudiado y oculta la herramienta entre su ropa. Sabe que actuar por sorpresa desconcierta al automovilista, y esa circunstancia es su mejor aliada. Se acerca a la ventanilla del segundo auto, que es conducido por un hombre mayor acompañado de su esposa. El hombre, que había tomado a la mujer por un peatón cualquiera, efectivamente se sorprende cuando, en el último momento antes de detenerse a su lado, ella agita un pequeño recipiente de plástico y poniéndolo a la la altura de los ojos del hombre le dice con voz lastimosa: "¿no me da una ayuda?''